lunes, 25 de mayo de 2015

Crónica de una Convención para Olvidar


- ¿Recuerdas la dirección? Ya me olvidé. - Dijo Mauricio a la hora pedir un taxi.
- Sí, en un tal "Parque de la Imaginación", ahí por San Miguel. - Respondí.

Era un sábado 8 de Noviembre del 2009, segundo día de la convención "Conamyc" la cual reunía a diferentes medios de entretenimiento como cómics, animes, mangas, videojuegos, etc. Hubo una gran publicidad y campaña promocionando el evento en ese entonces y yo había gastado lo que tenía de dinero para ir al menos un día, para ver como era, sin saber lo que me esperaba para bien o para mal.
Iba acompañado de mi amigo de colegio, Mauricio, y a pesar que él sabe más cosas de fútbol, tenía por lo menos un conocimiento muy bajo en cómics o en animes, por lo que sabía algunas cosas y se le podía hablar de algo relacionado. Le había comentado de este evento y si estaba dispuesto a ir, él simplemente aceptó y pagó por el mismo día en un supermercado de Plaza Vea, donde vendían las entradas durante ese tiempo.


Parque de la Imaginación, San Miguel

Una vez llegamos, el lugar parecía más un centro de convenciones que un "parque" como su nombre lo decía, mostraba elementos como bancos o juegos recreativos para niños típicos de un parque, pero eso era dejado a lado debido a que llamaban más la atención los puestos donde vendían diferentes cosas como posters, figuras de acción o historietas. Sin embargo, lo más sorprendente fue ver la falta de personal en el evento, se podía ver al menos a setenta personas, de las cuales probablemente treinta eran encargados de las ventas de productos o los que trabajaban en el evento y ellos parecían

- Pensé que vendrían más personas. - Dijo Mauricio un poco decepcionado.
- Probablemente estén afuera mirando otras cosas. Si quieres anda ve algo que te guste, yo iré a ver que hay.
- Bueno, te aviso cualquier cosa.




Usando una cámara de fotos, iba caminando por diferentes puestos donde predominaban el manga y anime, como por ejemplo algunos cosplayers (término que usan para describir a una persona disfrazada) modelaban ante algunas personas con otras cámaras. Ya fuesen personajes de Dragon Ball, Naruto o los Caballeros del Zodiaco, daban igual porqué se veían muy bien hechos, unos mejores que otros claro. Daban ganas de preguntarles cuanto tiempo se demoraron en hacerse esos trajes o en que momento iban a volver a sus ropas normales pero ellos parecían más enfocados en modelar.

"¿Pero donde están los cómics?" era lo que yo me preguntaba, se suponía que era una convención de cómics y mangas. Mientras iba caminando y tomando más fotos, logré encontrar finalmente la zona de historietas, para decepción mía, estaban en una esquina, toda la parte de cómics era literalmente una esquina del edificio. Entré para ver que había y solo tenían historietas peruanas, conocidas y no tan conocidas las cuales hicieron sentirme mal. ¿Dónde estaban Marvel, DC, Dark Horse, Indie o incluso Archie? En vez de eso solo había encontrado sobre "La Chola Power", una historieta que ganó un concurso de cómic del periódico Peru21 mediante una gran controversia al carecer de una buena historia y personaje o incluso algunas otras historietas que solo se basaban en mitologías peruanas, las cuales dejaban mucho que desear.

Fue entonces que encontré algo que me había llamado la atención, era este fenómeno que había invadido las redes sociales durante un tiempo, una pequeña historieta peruana llamada "Las Aventuras del Pezweon" y era básicamente poner una especie de pescado con huevos en situaciones con personas y que jugaban con jerga peruana. Cuando apareció este personaje, alborotó las redes sociales y ahora se vendía en formato de colecciones de historietas. Pensé que en ese entonces era lo único de valor que había y me lo compré. Ahora, parece que ese personaje murió hace mucho tiempo y no se ha vuelto a hablar de él.

Volví a encontrarme con Mauricio, parecía estar aburrido y no haber encontrado algo interesante en que comprar, tomó mi historieta del Pezweon y se puso a leer mientras paseábamos más y más cuando de la nada hubo un silencio en el local. Las luces seguían estando encendidas pero de la nada se escuchó por los altavoces un sonido que yo conocía a la perfección, una voz que sonaba como de una persona completamente tonta pero al mismo tiempo graciosa:

- ¿Marge? ¿Ya llegamos a Perú?

Afiche de promoción con los invitados
especiales
Apenas se escuchó esa oración, de la nada aparecieron personas que lograron llenar toda la parte principal del evento. Las personas gritaban emocionadas mientras que yo y mi amigo solo estábamos viendo callados lo que estaba pasando: Una pareja de adultos mayores apareció en el escenario saludando a todos alegremente mientras que las personas les tomaban fotos y en algunos casos les daban la mano para saludar. Resultaba que estas dos personas eran actores, específicamente actores de doblaje: Humberto Vélez y Nancy MacKenzie. Quizás esos nombres no suenan conocidos, pero cuando veías un programa sobre una familia amarilla, luego sabías quiénes eran.

- ¿Y ellos? - Preguntó Mauricio un poco confundido.
- Ellos son los que hacían las voces originales de Homero y Marge en los Simpson. - Respondí.

Al parecer, esto era el evento principal de todo el festival según muchos, ver dos leyendas del doblaje en vivo hacía que varias personas se emocionaran mientras que, por otro lado, otras se decepcionaban al pensar que los actores serían otras personas o que ya no sonaban como antes. Yo simplemente tomaba fotos y escuchaba entretenido los diálogos que ambos actores hacían para hacer reír al público: Algunos chistes o explicando como obtuvieron sus papeles, cómo funciona el trabajo de un actor de doblaje y en que cosas estaban trabajando recientemente, etc.

Mientras todo esto ocurría, Mauricio solo observaba pero con señales de estar más aburrido. Al mismo tiempo, yo sentía que el dinero gastado no valía la pena para todo: Desde la larga distancia, la falta de materiales para el evento y solo con unos invitados que eran lo único que valían la pena, vi la hora y que se estaba haciendo ya tarde. Le dije a Mauricio que era hora de irnos, él simplemente me dijo que esperaba mucho  más mientras que yo le respondí lo mismo. Luego de eso nunca más se volvió a hablar de Conamyc o a repetir ese evento a diferencia de otros que se vuelven a repetir cada año.

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